Tras las festividades decembrinas se llegan a extraer enormes cantidades de musgo y heno para recrear el tradicional nacimiento, pero no conocemos en realidad que estas acciones afectan directamente al medio ambiente. Según el académico de la UNAM, Claudio Delgado Moya, la función principal del musgo es retener el agua y dejarla ir en favor de la infiltración de la lluvia, además de que participa en favor de la erosión del suelo y mantienen la humedad. “Proporcionan nitrógeno que se deposita sobre ellos y captan bióxido de carbono, fósforo y otros iones importantes para el crecimiento de otras plantas; son sitio de germinación de semillas y refugio de organismos pequeños”, añade Delgado Moya.
Destacó que es de suma importancia que muchas especies que crecen en los árboles son sensibles a los contaminantes atmosféricos, pues en la actualidad estos son usados como bioindicadores para determinar la calidad en el aire, pues añade que “donde el bióxido de azufre, producto de la combustión de motores, causa la muerte de esas plantas”. Se estima que durante el año se llegan a saquear aproximadamente cincuenta toneladas de este tipo de plantas, generando así que el suelo de donde se extraiga se vea en una pérdida de nutrientes, se erosione por escenarios climatológicos como la lluvia y el viento, así como los mantos freáticos no se recargan adecuadamente y los arroyos comienzan a perder frescura.
El catedrático destaca que en México, las montañas altas del centro del país se han visto drásticamente afectadas, pues durante la época navideña se pueden ver distintas presentaciones de heno o musgo en oferta por distintos comerciantes.