Recientemente se han recibido demandas que fueron presentadas por los estados y la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), pues estas se centran en la adquisición de Instagram por parte de Facebook en 2012, la compra de WhatsApp en 2014, así como las reglas que rigen a los desarrolladores de software externos. Aquellos implicados en la demanda, acusan a Facebook por adoptar un enfoque de “comprar o enterrar” ante los potenciales rivales y así perjudicando a los nuevos competidores y usuarios, pues de acuerdo con los fiscales, estos han perdido el control de sus propios datos. Estas demandas han tomado fuerza tras la examinación de los reguladores estadounidenses y de percatarse sobre el poder del que disfrutan las distintas empresas de tecnología.
Durante el verano de este año, distintos directivos de Google, Amazon, Facebook y Apple tuvieron que testificar ante el congreso con el fin de realizar una investigación más amplia sobre la influencia que han obtenido en el mercado tras el tiempo. En octubre, el Departamento de Justicia demandó a Google, acusando a la empresa de violar las leyes de competencia de Estados Unidos para mantener el monopolio de las búsquedas y la publicidad en internet.
Un grupo de expertos en Washington, Open Markets Institute, ha estado haciendo presión ante los reguladores para que mantengan una postura más agresiva para con las empresas de tecnología, pues aseguran que las demandas son un paso crítico y significativo que los mueve adelante.